Otros soñadores.

sábado, 28 de enero de 2012

Fotos por quemar, recuerdos que olvidar.

Aquí estoy. Después de tal vez demasiados días. He cogido mi boli y mi libreta, y no me salían las palabras. Últimamente los días pasan como los trenes. Trenes que esperas durante horas y cuando pasan los pierdes. Tal vez mi error fue pensar, que si perdía un tren podía subirme al siguiente. Tal vez mi error sea que cometo demasiados errores. Error tras error, esa es mi vida. Ya hace días que él se fue. Nunca olvidaré esa mañana, salir de mi habitación, y ver las maletas en la entrada. Una entrada que se convertía en su salida, su salida de mi vida. Tal vez podría decirse que ese será el día que vivirá en mi mente, mucho más allá de mi muerte. Sus maletas, todas sus cosas dentro, sus copias de las llaves de la casa encima de la mesa, con una simple nota, un simple nunca te olvidaré que lo hizo todo demasiado complicado. ¿Por qué? ¿Por qué si el momento ya es complicado de por si alguien viene y lo hace aun peor? Es algo que nunca llegaré a entender. O tal vez sí. No lo sé. La verdad es que lo poco que ya sabía antes lo olvidé aquel día. He llegado a conocer que con una simple palabra puedes perderlo todo. Esa persona a la que le has dedicado años de tu vida. Años dedicados a que la relación crezca, a que las cosas vayan a mejor, y al final, de la noche a la mañana, ahí estaba yo, en aquel salón que solía ser nuestro, su nota en mi mano, con la tinta medio borrada por mis lágrimas. Las sábanas todavía desprendían su olor, las fotos nuestras de la nevera todavía no habían sido quemadas, su cerveza favorita en la nevera, y aquel anillo todavía en mi dedo. Él se había ido, físicamente sí. Pero su alma aun seguía en esta casa. Me iba a costar sacarla, la verdad. Me va a costar levantarme los sábados y que él no esté en la cocina, tomándose mi café italiano favorito. Me va a costar despertar, abrir los ojos, y que lo único que vea sea mi almohada.  No podía sacar de mi cabeza su mano y la puerta cerrándose. No iba a volver a verle, nunca más. Es una lástima que una persona con la que has compartido tanto, tantos años de tu vida, al final la última imagen que tengas de él sea esa. Me cuesta demasiado creerlo. Pero supongo que como dicen, la vida es una secuencia de capítulos, y a lo mejor este ha tenido que acabar para que ahora venga otro mejor. 

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