Otros soñadores.

sábado, 11 de junio de 2011

Y entonces, volví a tener vértigo.

Y ahí estaba yo, una azotea en el 12º piso de un edificio en el centro de Madrid, desde allí se veía absolutamente todo, yo quería ver el mundo, pero no quería que el mundo me viera a mi, estaba destrozada, el día de antes él habia tomado la decisión de que ya no me quería en su vida, y lo único que me quedaba era esa azotea, esa azotea en la que pasamos tantos días, y tantas noches de inviernos debajo de esa manta.
La primera vez que me subió a esa azotea, yo tenía vértigo, siempre lo he tenido, pero él me agarro, me puso en el borde y me dijo: -¿Ves lo que te pierdes? Entonces perdí el miedo a las alturas, se hicieron un problema menor, desde entonces subiamos siempre que podíamos, y yo no tenía miedo a nada allí arriba.
Pero ahora en esta azotea, estoy sola, llevo puesta tu camisa, esa que dejaste un día en mi casa, por que te pusiste una que te habia regalado yo, todavía huele a ti, es increible la cantidad de recuerdos que me trae todo esto, me asomo al borde de la azotea, puedo ver todo Madrid como ya he dicho antes, pero ¿de tí? De tí no hay ni rastro, y ahí estoy en el borde, sola, sin tí, recuperando ese terrible miedo a las alturas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario