Quizá sea el calor, o la ausencia de rutina, pero últimamente nada está bien, ni mal. ¿Sabes a lo que me refiero? Quiero volver, lo tengo muy claro, echo de menos todo, mis amigos, las tardes de sábado con ellos, lo echo todo de menos, pero sobre todo a ellos. Pero por la otra parte, algo me ata a este sitio. Y de aquí hay varias razones. Sé que echaré de menos las tardes en la piscina, ir en bici a los pueblos de al lado, ir de fiesta cada fin de semana a un sitio diferente, pero hay algo, mucho más fuerte que todo esto. Hay algo que hace que no pueda conmigo misma, y es su futura ausencia. Si, desgraciadamente se va, y es que odio las despedidas, supongo que como todos, pero despedirme de ella, no sé si sabré hacerlo. Y dices que vas a venir todos los fines de semana, pero las dos sabemos que ahora es cuando empiezas a salir con amigos, y que te va a dar pena venir tanto. Hagas lo que hagas, necesito que sepas una cosa sopánfila, nunca me vas a perder, ¿vale? A lo mejor estoy exagerando un poco, pero quiero que lo sepas, te voy a echar mucho de menos, y estoy segura que hablo en boca de todos cuando lo digo. Se echarán de menos tus tonterías, que no son pocas, los ratos juntas, y todo lo que hasta ahora nos ha mantenido unidas. Pero te lo repito, por enésima vez, siempre estaré aquí, para todo. Y no me importa que estés en Escalona, en Vargas, o en el quinto pimiento, yo siempre estaré a tu lado. Siempre.
Te diria que para mi lo eres todo, pero es que se te queda demasiado corto.
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